Don Robertson: Viajero Musical
El creador del Movimiento de Música Positiva ha editado un nuevo álbum, Songs of Love and Joy, una combinación de pop y música clásica. En el aniversario 40 de Dawn, un disco que prácticamente inventó el género New Age, Robertson está desarrollando lo que llama música sinfónica digital y usa Internet como la mejor manera de esparcir su creación.
Entrevista por Diego Oscar Ramos – 2009
- Han pasado cuatro años desde nuestra última entrevista y de nuestra última discusión acerca del Movimiento de Música Positiva. ¿Qué está aconteciendo con el movimiento actualmente?
- Dimos un concierto fantástico en las Naciones Unidas en New York en 22 de octubre de 2004. Desde entonces, de todos modos, los miembros del movimiento, cada uno ha estado trabajando y progresando en lo suyo. Personalmente, pare de promover el Positive Music Movement en 2005, porque me di cuenta de que muy poca gente entendió lo que estábamos planteando.
- ¿Por qué siente que sucedió?
- Hay varias razones. Primero de todo, mucha gente no se da cuenta de que cuando los miembros del grupo hablaban de de música positiva, estábamos hablando sobre el efecto que la música en sí misma tiene, a través de la propiedad de resonancia, y no sobre letras de canciones. Muchas personas no han reconocido aún el verdadero poder de la estructura armónica de la música en la mente, el cuerpo y el espíritu. Además, al haber sido quien introdujo el término música negativa en 1968, y haber estado hablando sobre música positiva y negativa por 40 años, alguna gente malentendió mi presencia en el movimiento de música positiva como un propósito de condenar la música negativa y encargar mi propia clase de música a otros. Creyeron que estaba sosteniendo una guerra contra la música negativa, o incluso peor, que estaba tratando de imponer mi “música positiva” en otros. Entonces hay muchos que pensaron que estaba loco o algo así. Decidí entonces dejar que la música que compuse hable por sí misma, en lugar de explicar algo que la mayoría de la gente no entiende. Aquellos que están interesados en entenderme major, mis escritos – empezando por mis primeros artículos en la materia que fueron publicados en mi libro de 1970 Kosmon – siempre disponibles en el website de educación musical que comencé en 19997: www.DoveSong.com.
- Este año es el 40 aniversario de su álbum de 1969, llamado Dawn, grabado en San Francisco para Mercury Records.
- Sí, es cierto. El sello italiano Akarma hizo un trabajo fantástico al editar nuevamente mi álbum Dawn, tanto en vinilo como en CD, con un lindo libro interno. El disco ha tenido siempre sus seguidores de culto en Europa y me hizo feliz ver tan exquisita edición en Europa, donde mi música es tan ampliamente aceptada.
- ¿Por qué piensa que los europeos aceptan más su música que los norteamericanos?
- Pienso que hay una serie de razones. Una es que yo mismo estoy muy influenciado por la cultura europea. Soy esencialmente un compositor clásico. Y la música clásica no es especialmente fuerte en Estados Unidos. Además, hay todavía una tradición de música pop clásica muy fuerte en Europa. Los artistas pops clásicos como David Foster han estado produciendo, Gosh Groban e Il Divo, por ejemplo, son ambos artistas europeos, o cantan unos cuantos covers de canciones europeas.
- El álbum Dawn fue su primera presentación instrumental de sus ideas acerca de las polaridades de la música positva y negativa, no es así?
- Sí. Una cara del LP estaba focalizada en la música positiva, la otra en la negativa. Adrede cree un álbum que expresara ambas polaridades. En la cara uno presenté la polaridad positiva de la música, abriendo el álbum con Dawn, mi pieza en la escala natural pentatónica (cinco notas), que es común en todo el mundo y es la más armónica de todas las escalas, junto a un recitado de antiguas escrituras sagradas llamadas los Upanishads. Al final del lado uno, mi amiga Marsha lee unos extractos del libro chino I ching anunciando la oscuridad de la luz: es el link al lado dos. Das vuelta el disco y tocas el lado dos y la música se convierte en un mundo de música negativa.
- ¿Qué clase de música, repitamos, es esta música negativa?
- Yo había estado trabajando sobre dos clases de música negativa, una para cada uno de los géneros musicales de toda mi vida: popular y clásico. Una de estas clases de música negativa era la que llamo música contemporánea clásica “duochordal”, esto representó la evolución de mi lado clásico. El otro era la música de heavy metal, la evolución de mi lado popular, aunque el término heavy metal aún no hubiera sido inventado. Yo había estado trabajando sobre esta música oscura durante aproximadamente un año. La idea al principio había venido del grupo Blue Cheer, que fue la primera banda blanca de heavy metal. Curiosamente, el productor de Blue Cheer y mi productor eran uno y el mismo: el viejo Abe "Voco" Kesh. Y ellos ensayaron en un estudio al lado del mío, en San Francisco. Abe Kesh no sólo editó el primer álbum de heavy metal con Blue Cheer, además empezó un revival de góspel music haciendo la canción de Edwin Hawkins O Happy Day, un hit cuando lo presentó en su programa como disk jockey. Yo grabé mi última pieza de música negativa heavy metal, la cual afectadamente llamé The bomb, en el estudio de Gratreful´s Dead, con el ingeniero dan Healy. La música era tan desagradable, tan asustadora, que cuando volví al cuerto de control luego de haberla tocado, nadie en el control, incluyendo a mi hermana, estaba completamente devastado. Y mi baterista casi se volvió loco, corriendo alrededor del estudio, desnudo, gritando. The bomb era tan negativo que quedé asustado de editarla, por eso incluí unos pocos segundos en dos lugares del lado dos.
- ¿Por qué lo llamó Dawn?
- El título del álbum era un juego a propósito con mi nombre, pero también se refería al amanecer de una nueva era - una idea que había recogido de leer los libros de Corrine Heline sobre las propiedades de curación de la música. Había diseñado la portada del álbum para mostrarme en blanco y negro, sentando sobre un montón de basura, con una hermosa salida de sol, a pleno color, en el fondo. Pero la grabadora no lo entendió bien. De todos modos, cree un collage poderoso para la contratapa, que proveyó una muy poderosa descripción de los opósitos de oscuridad y luz: una descripción visual de los lados uno y dos. El collage en la parte oscura del álbum es incluso más descriptivo hoy que entonces, por la polarización que está teniendo lugar en Estados Unidos desde hace cuarenta años. El álbum Dawn fue profético, debo decir. Cuando salió por primera vez, le pregunté a la gente qué lado le gustaba más, y la respuesta fue siempre unánime: todos decían el lado dos, la parte negativa, la mejor. Supe que estaba adelantado al tiempo, entonces les dije que pasarían 30 años hasta que alguien entendiera lo queDawn estaba diciendo. Y tomó esa cantidad, en realidad 33 años, antes de ser reeditado por Akarma Records, en Italia.
- Ha estado hablando sobre como tiene dos lados: uno es el de la música clásica y el otro el de la música popular. ¿Puede explicar más lo que precisamente entiende por esas palabras?
- El género de música popular es "música de la gente”, podría decir. La música clásica es apreciada por un número más pequeño de personas y es, por lo general, un arte más refinado. Estas dos distinciones, populares y clásicas, existen en todas las culturas, por lo que he sido capaz de determinar. La música popular de mi propia cultura (norte) americana incluye folk, jazz, country, rhythm and blues, góspel, son géneros populares, la música para la mayoría. Y la música clásica, que se originó hace siglos en iglesias, templos, mezquitas y cortes, es la música para pocos. La mayoría de la gente no se relaciona con la música clásica pura. La suya es la música del género popular. Sin embargo, hay una posición intermedia, donde se encuentran los dos géneros y a esto lo llamo el género musical pop clásico. He amado, he escuchado y tocado tanto música pop como clásica toda mi vida y así han hecho muchos compositores actuales. Es debido a la fuerza enorme de la música popular del siglo 20 y la debilidad de la tradición clásica europea del siglo 20 que se generó tanta discordia. Pero siempre hubo un punto medio donde la música clásica y la popular se combinaron, por ejemplo, Brahms escribió sus Danzas húngaras y tantas personas los adoraron porque sus conocimientos los acompañaron, haciendo de ese tiempo una etapa posible para escribir sinfonías y música de cámara. Y estas mismas Danzas húngaras eran una inspiración para los compositores de música popular que siguió, como la del compositor afroamericano Scott Joplin, quien escribió el famoso Maple Leaf Rag. Entonces hay muchos ejemplos de melodías populares que fueron tomadas por trabajos clásicos. Durante nuestra época, donde tantas personas se han cansado de la música que les bridan las cinco corporaciones principales que controlan los medios de comunicación estadounidenses (y así influyen en el mundo entero), que han regresado a los nuevos caminos de la música popular y la música pop clásica, como lo evidencia el Album de Navidad de 2007 de Josh Groban, que era el mejor CD en venta durante aquel año.
- Volviendo a la música positiva, usted dijo que en vez de intentar para explicar la diferencia entre la música positiva y negativa, dejaría a la música hablar sí misma. ¿Hablará sí de la música que ha estado creando?
- Absolutamente. He estado muy ocupado con escritura musical y también he estado masterizando y editando los álbumes con música que ya había compuesto pero no había editado.
- ¿Por qué no los había sacado antes?
- Del total de ocho sinfonías digitales, había editado sólo los primeros dos: Anthem y Starmusic, ambos en cassette. No había editado mi tercera sinfonía digital,Celestial Voyager, compuesta y grabada en 1984 y 1985, porque no tenía el medio de completar su orquestación digital. Siendo sinfónico, este trabajo necesitó instrumentos más digitales de los que era capaz de generar con mi Synclavier II de aquel tiempo. Más de una década más tarde, después de crear mi segundo estudio en 1998, terminé la mayor parte de Celestial Voyager, pero no fue hasta finales de 2008 que finalmente completé la sinfonía entera. Las cinco sinfonías digitales restantes – de la número 4 a la 8 - que había compuesto entre 1999 y 2003, no las había editado porque no podía encontrar un sello grabador que entendiera lo que hacía.
- ¿Por qué cree que pasaba eso?
- Mi música era sólo indefinida para a una industria que fue tan especializada en un género prestigioso. Mis sinfonías digitales no entraron en las categorías preconcebidas que habían sido establecidas en la industria de grabación. Ahora edito toda mi música en Internet, en sitios como Amazon e iTunes. Soy muy feliz de que Internet rompa la hegemonía creada por el puñado de corporaciones que controlan el entretenimiento en Estados Unidos.
- ¿Qué nueva música ha compuesto?
- Los álbumes hasta 2003 que edito son seis sinfonías digitales – de la número 3 a la 8. Y soy feliz de que finalmente estén disponibles para que los disfrute la gente en todo el mundo.
- ¿Qué quiere decir con el término "sinfonía digital"?
- Uso el término "sinfonía digital" para describir trabajos sinfónicos que he creado usando la tecnología digital en lugar de una orquesta sinfónica. Creé ocho trabajos digitales sinfónicos. Después del completar la sinfonía Nro. 8, me moví en una nueva dirección.
- ¿Cuál era aquella dirección?
- Quise poner palabras en mi música. Soy un escritor así como un compositor, pero raras veces combinaba antes mis dos expresiones en un trabajo. En 2002, comencé un estudio serio de escritura lírica y el resultado fue un libro que escribí con mi esposa, María Ellen Bickford, el compositor de canciones Jim Peterick y Dave Austin. Se llamó Songwriting for Dummies y ha vendido más de 60,000 copias hasta ahora. Mi nombre no está en la portada voluntariamente me ofrecí a salir, porque cuatro nombres de autor eran demasiados para el editor. Es un libro muy popular aquí en Nashville, donde vivo, "la capital mundial de la escritura de canciones". Mis primeras composiciones que incorporaron palabras fueron mis Three Sacred Songs for Piano and Choir que escribí en 2003. Era natural para mí para comenzar con canciones de música clásica primero, porque había estado componiendo sinfonías digitales durante tres años. Luego escribí otra composición clásica coral, llamada Thrushes in the Moonlight, una adaptación del poema de Robert Frost Come In. Entonces, entre los años 2004 y 2007, trabajé sobre dos proyectos simultáneamente, uno de música pop, otro clásico. La composición clásica es un trabajo grande coral para la orquesta y coro, llamado Jubilation Mass. Mi nuevo álbum pop, realmente pop classical, es el llamado Songs of Love and Joy.
- Por favor hablemos de Canciones de Amor y Alegría. ¿Qué le inspiró y como escogió usted a los cantantes?
- Este álbum es un resultado directo de que mi esposa María Ellen y yo nos mudáramos a Nashville en 2003. Nashville es famoso por ser la casa de música country, pero melódicamente es mucho más. Para mí es el centro musical de (norte) América. Compositores talentosos, arreglistas, cantantes y músicos de todas partes han estado mudándose aquí durante las últimas décadas y se ha hecho mucho más que sólo la capital de la grabación de música country. Es debido al número cada vez mayor de artistas independientes que viven aquí, que vienen artistas de todo el mundo para grabar en Nashville y servirse de ese fondo de talento enorme y de sus estudios de grabación. De hecho, la industria de grabación se ha extendido por todas partes de la ciudad en unos cientos de casas de aspecto inocente. Y una cantidad asombrosa de música está siendo producida aquí, en cada género concebible. A causa de esto, María Ellen y yo fuimos capaz de producir mi nuevo álbum de canciones pop clásicas, Canciones de Amor y Alegría. Creé la mayor parte del álbum con mi MacPro, la computadora que usa la tecnología de sampleo. Entonces invité a mis amigos a unirse a mí en Tracking Room y Wildwood Studios, dos grandes estudios, donde registramos la voz y algunos instrumentos en vivo.
- He oído que algunos críticos llamaron sus composiciones como canciones Disney. ¿Cómo siente esto?
- ¡Me siento muy bien con esto! Mi esposa María Ellen y yo consideramos a Walt Disney uno de los grandes artistas del siglo XX. Esto es una opinión que despacio va ganando la aceptación, porque la gente comienza a mirar hacia atrás el arte y la música producida durante el siglo pasado y ven tanto que es hoy destructivo. Ellos ahora comprenden el logro de éste el hombre, Walt Disney. No hablo de la Corporación Disney que existe hoy, que bien puede estar enfrentada a lo que Walt Disney previó. Por todo lo que sé, es algop que parece pasarle a todas las grandes visiones, pero estoy hablando del hombre que conocí en mi infancia, que había viajado a Europa en 1935, donde recogió más de 350 libros de arte y folklore y los envió a su estudio en California del Sur para incorporarlos en lo que se hizo, las primeras obras de arte de un género que él mismo creó: la película animada. El hecho que Walt estuviera amplificando la tradición europea de arte como una base para su visión fue documentado hace dos años en la exposición "Il était la ine fois, Walt Disney", que fue presentada en las Galeries Nationales du Magnífico Palaisen París, al final de 2006. Walt sabía mezclar lo popular con lo clásico y fue exitoso haciéndolo. Él fue una gran influencia durante mi niñez.
- Volviendo a su lado clásico, dígame más sobre su Jubilation Mass. ¿Por qué decidió ponerle música a la liturgia católica?
- La adaptación musical de la liturgia es una de las formas más viejas de música clásica, datada de más que diez siglos atrás y he sido un estudiante de esta tradición, del canto gregoriano hasta hace casi cuarenta años. Por lo tanto era una cosa muy natural para mí adoptar el texto latino, como tantos grandes compositores durante siglos: de Josquin, Palestrina y Victoria a Bach, Beethoven, Mozart y Dvorak. Mi Jubilation Mass, sin embargo, pertenece a una nueva era de música clásica, la del siglo XXI, un contexto que, naturalmente, sólo ha estado desarrollándose durante menos de una década. Mi objetivo para este trabajo fue ser realizado en iglesias, templos, mezquitas, escuelas, salas de concierto y teatros en todo el mundo, en cada país. La música sagrada no tiene que ser limitada por la religión y la cultura, su lengua es la lengua universal de espíritu, no la lengua dogmática de hombre. He usado un texto poderoso que ha sido el instrumento espiritual durante los siglos de cristianismo en Europa. Y luego eliminé del texto todo lo que consideré dogma. Quiero que cada uno se sienta espiritualmente libre, con esta música espiritual que he escrito, tal como me siento libre espiritualmente con el canto de himnos védicos o escuchando a las canciones de Tagore o el canto apasionado de Om Kulthum.
- ¿Siente usted que la era Obama y las expectativas de un cambio mundial son un tiempo bueno para la música positiva?
- No hay duda que un cambio enorme está ocurriendo en el mundo hoy con la elección del presidente Obama y el rechazo de los (norte) americanos de la política de la administración anterior. Sin embargo, no busco a los políticos para solucionar los problemas. Todos debemos participar en la llegada de un necesario cambio global. La crisis económica global y el cambio climático están despertando a mucha gente sobre este hecho. La lección del siglo XX fue que el progreso social y económico toma un atajo por sobre el planeta y sus recursos. Cada ventaja que hemos ganado y cada conveniencia que hemos creado para nosotros ha tenido su precio. Básicamente, ahora comprendemos que los beneficios del siglo XX fueron pagados con una autodestrucción gradual, y esta destrucción es reflejada y justificada por las disonancias que se hicieron presente tanto en nuestra música popular como en la clásica. En el siglo XXI, tenemos que separarnos de los viejos caminos. Todos y cada uno de nosotros es enfrentado con la decisión de adoptar los nuevos modos de vida para intentar causar un equilibrio y una armonía con la naturaleza y el uno con el otro. Pero antes de que esta curación planetaria pueda ocurrir, la música debe cambiar. Debemos volver a las enseñanzas de Pitágoras y Platón, para crear nuestra música usando los componentes básicos armónicos de naturaleza: las alusiones naturales armónicas que son inherentes a todo. Y debemos descubrir de nuevo la gran música de todas las culturas y tiempos, nuestra herencia musical planetaria. Por la importancia que tiene la música en las vidas de todo el mundo, y debido al efecto enorme que tiene sobre la vida en sí misma, el cambio planetario - que se ha hecho una exigencia en este siglo XXI, si vamos a sobrevivir - debe comenzar con la música. Es por eso que escribo tanto música clásica como popular y aliento a la generación joven de compositores y compositores de canciones, algunos tan jóvenes como de 12 años, a ser inspirados para escribir gran música y canciones.
- ¿Y cómo está trabajando sobre esto?
- En 1997, María Ellen y yo iniciamos un proyecto llamado "el Calidoscopio Musical". Yo había estado recopilando música valiosa por muchos años. La última década del proyecto, terminado en 2002, fue dedicado a recolectar grabaciones raras de la gran herencia popular espiritual de (Norte) América: música góspel. Después de construir una biblioteca histórica de grandes grabaciones especializadas en música clásica europea y música clásica del Norte de India, y música góspel blanca y negra, dedicamos un año entero tanto a la digitalización como a fotografiar la colección. Poco del público amante de la música ha oído la mayor parte de la gran música que hemos recogido y es nuestra intención devolverlo al mundo a través del proyecto Calidoscopio Musical. Al principio concebido de como un programa de radio, ahora es mucho más, abarcando vídeo, vloging y tweeting también. Estoy muy excitado por compartir mis propios descubrimientos personales musicales con el mundo. Lanzaremos el sitio web del proyecto www.musicalkaleidoscope.com dentro de un año. Queremos ayudar a traer la gran música mundial al mundo. También comenzaremos a publicar mis estudios de composición para ayudar a compositores jóvenes a aprender el arte de composición y escritura de canciones, no de reglas, sino estudiando ellos mismos los trabajos de los compositores, un nivel de educación que ahora se ha vuelto disponible debido a Internet: el mayor avance en comunicación desde la primera impresión de la Biblia de Gutenberg.
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